3 de abril de 2023
Queridos amigos en Cristo,
Ahora que comienza la Semana Santa, les pido que se unan a mí en oración, especialmente por las víctimas-sobrevivientes de abuso infantil. Anticipo que el Tribunal de Circuito de la Ciudad de Baltimore pronto autorizará a la Oficina del Fiscal General de Maryland a publicar su informe sobre el abuso sexual infantil por parte de ministros de la Iglesia y las falencias pasadas de la Arquidiócesis en responder a tales acusaciones. El mal del abuso sexual infantil en la Arquidiócesis, que es el tema del informe, se extiende en gran medida desde inicios de la década de 1940 hasta mediados de la década de 1990. Será devastador leer todo esto, especialmente para las víctimas-sobrevivientes, y otro doloroso recordatorio de las fallas en el pasado de la Iglesia y el terrible daño infligido a muchos niños inocentes.
Oremos para que la presencia amorosa de Dios brinde a las víctimas-sobrevivientes un consuelo duradero y una sanación completa. Oremos para que el Señor Jesucristo guíe a Su Iglesia en un camino continuo hacia la reconciliación. Oremos para que nuestro dolor colectivo se canalice para siempre en la protección constante de todos los hijos de Dios.
Aunque la Arquidiócesis ha hecho grandes avances en las últimas tres décadas para librar a la Iglesia del flagelo del abuso y establecer el estándar sobre cómo las instituciones deben responder a las denuncias de abuso sexual infantil, el informe cubre un período en el pasado de la Arquidiócesis cuando nuestra respuesta a tales acusaciones fue lamentablemente inadecuada.
Mucho se ha dicho y se dirá sobre nuestros fracasos en este sentido. La gran mayoría de los nombres de los abusadores ya son de conocimiento público y se hicieron públicos hace mucho tiempo. Asimismo, durante décadas la Arquidiócesis ha estado reportando a las autoridades las denuncias en el momento en que se reciben. Hoy, nadie acusado de manera creíble de abuso infantil está en el ministerio en la Arquidiócesis.
Una vez que se publique el informe, espere de mi parte una respuesta completa y una carta pastoral sobre el informe.
Sin embargo, en este momento lo que más quiero es hacer una pausa para reconocer y validar que el vil y horrible abuso descrito en el informe representa una grave traición y que ha tenido consecuencias devastadoras para las víctimas-sobrevivientes.
Es probable que el informe evoque muchas emociones: ira, disgusto, desilusión, tristeza, entre otras. En nombre de la Arquidiócesis, hoy pido, una vez más, y de la manera más sincera, perdón a las víctimas-sobrevivientes y a sus familias, como lo haré mañana y todos los días que una expresión de arrepentimiento y expiación sea significativa para quienes han sufrido. También pido que los fieles acepten este reconocimiento del mal que se hizo, mi remordimiento por las fallas pasadas, y una promesa inquebrantable de construir sobre el trabajo de las últimas tres décadas para garantizar que nadie vuelva a ser lastimado por un representante de la Iglesia.
Estoy comprometido a acompañar a los fieles de la Arquidiócesis mientras cada uno de ustedes busca asumir el contenido del informe. Y así como les ofrezco mis oraciones, les pido que consideren orar por los sacerdotes de la Iglesia de hoy, que llevan la carga de los pecados del pasado mientras trabajan para proclamar el Evangelio a un mundo tan desesperadamente necesitado de escuchar la buena nueva de Jesucristo. Ellos y su personal de apoyo están trabajando arduamente para mantener los espacios seguros que la Iglesia ha establecido durante las últimas tres décadas.
Que esta pública rendición de cuentas ayude a marcar el comienzo de una nueva era de paz para las personas que sufrieron perjuicios, fortaleza para nuestras comunidades de fe, y restauración para la Iglesia en Maryland y más allá. Por favor, vea el mensaje de video AQUÍ.
Fielmente en Cristo,
Reverendísimo William E. Lori
Arzobispo de Baltimore
Para ver un mensaje de video del arzobispo Lori, visite: https://youtu.be/nB398qyxxtw