Un mensaje del Arzobispo Lori: Sanación y Ministerio en la Arquidiócesis de Baltimore

5 de septiembre de 2023

 

Queridos amigos en Cristo,

 

La primavera pasada, la Asamblea General de Maryland aprobó una nueva ley que permite a las víctimas de abuso sexual infantil presentar demandas civiles independientemente de cuánto tiempo haya transcurrido desde que ocurrió el abuso. Esta legislación tiene el potencial de tener consecuencias financieras devastadoras, no sólo para todos los sistemas de escuelas públicas del estado de Maryland sino también para muchas otras instituciones y organizaciones, incluidos los ministerios de la Arquidiócesis de Baltimore.

Anticipándose a la fecha de entrada en vigor de la nueva ley (1 de octubre), tengo la intención de realizar múltiples consultas en los próximos días con varios líderes ordenados y laicos de la Arquidiócesis sobre la manera en que la Arquidiócesis responderá a la nueva ley. Es sobre esa respuesta que les escribo hoy.

 

Al considerar cómo podría responder la Arquidiócesis a la nueva ley, es importante tener en cuenta dos objetivos centrales:

El primer objetivo es la sanación de las víctimas-sobrevivientes que han sufrido tan profundamente debido a los actos de algunos ministros de la Iglesia. Es comprensible que haya diferentes opiniones sobre cómo lograr este objetivo dado que no existe una solución perfecta para ayudarlas a superar el daño sufrido. Durante los últimos 16 años en la Arquidiócesis de Baltimore hemos ofrecido a las víctimas-sobrevivientes acuerdos voluntarios a través de un programa de mediación con ellas, aunque sus reclamos en los tribunales civiles hubiesen sido bloqueados por el estatuto de limitaciones de

  1. Lo hacemos porque creemos que es lo correcto para promover su sanación. La nueva ley, sin embargo, adopta un enfoque diferente al permitir demandas civiles por acciones que ocurrieron hace décadas. Si bien se aprobó con el objetivo de permitir que las víctimas-sobrevivientes encuentren justicia, muchos creen que el método de esta nueva ley viola la Constitución de Maryland. Los tribunales tendrán que decidir si es así.
  2. El segundo objetivo es la continuación y el fomento de los numerosos ministerios de la Arquidiócesis que cubren las necesidades espirituales, educativas y sociales de innumerables personas, católicas y no católicas, en todo el estado. Esto incluye ministerios que se llevan a cabo en nuestras parroquias, escuelas, agencias de servicios sociales y otras organizaciones apoyadas por la Arquidiócesis. Creemos firmemente que el mandato para hacerlo proviene de Nuestro Señor Jesucristo.

¿A cuál de esos objetivos daré prioridad? A ambos. Como líder espiritual de esta Arquidiócesis, me corresponde satisfacer las necesidades tanto de sanación de aquellos que han sufrido un daño tremendo por las acciones de algunos ministros de la iglesia, como también las necesidades de aquellos que actualmente dependen de la ayuda de los ministerios de la Iglesia. No creemos que estos objetivos sean mutuamente excluyentes. Con ese fin, es esencial que la Arquidiócesis busque la mejor solución posible para alcanzar ambas metas.

 

Con la aprobación de la nueva ley, existe una alta probabilidad de que la Arquidiócesis enfrente múltiples demandas, cuyo número es difícil de predecir. Litigarlos individualmente conduciría potencialmente a indemnizaciones por daños muy elevadas para un número muy reducido de víctimas-sobrevivientes, sin dejar casi nada para la gran mayoría de ellas. La Arquidiócesis simplemente no tiene recursos ilimitados para satisfacer tales demandas; sus activos son de hecho limitados.

En consecuencia, un enfoque que se está considerando para cumplir con ambos objetivos es buscar alivio a través de una reorganización por quiebra: establecer un método razonable y equitativo para la compensación de las

víctimas-sobrevivientes y al mismo tiempo preservar los muchos ministerios vitales de la Arquidiócesis. En este tipo de reorganización se requeriría que la Arquidiócesis proporcione recursos que se utilizarían para compensar a las víctimas-sobrevivientes mientras, al mismo tiempo, se garantiza que nuestra misión pueda continuar.

 

Es importante señalar que la misión es posible gracias a la generosidad de tantos de nuestros fieles católicos. La Campaña Anual para los Ministerios Católicos, por ejemplo, brinda alimento y refugio a nuestro prójimo necesitado, apoyo a las mamás que experimentan embarazos difíciles, asistencia a inmigrantes, programas para adultos con discapacidades, asistencia con la matrícula escolar, y muchas otras formas en que vivimos nuestra fe. Afortunadamente, en un proceso de reorganización por quiebra, las donaciones otorgadas para fines específicos, como la Campaña Anual, se limitan estrictamente a las intenciones declaradas del donante. Esto también se aplica a cualquier donación otorgada a las parroquias para propósitos específicos. Si nos declaramos en quiebra, la Arquidiócesis utilizaría sus activos no restringidos para satisfacer reclamaciones y pagar diversos costos.

La cuestión subyacente que nos ha llevado a este lugar es realmente espantosa. Niños inocentes resultaron perjudicados y vidas arruinadas. Únase a mí para orar por su sanación y por los dones de sabiduría y consejo del Espíritu Santo mientras enfrentamos las decisiones que tenemos por delante.

 

Fielmente en Cristo,

Reverendísimo William E. Lori

Arzobispo de Baltimore

Archdiocese of Baltimore

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