El sendero que caminamos
Proceso de Busquemos la ciudad venidera
ESCUCHAR
9-12 Meses
Desde el principio estamos escuchando.
Lo haremos cuidadosamente.
Y luego compartiremos con todos lo que hemos escuchado y aprendido:
VISUALIZAR
4-6 Meses
¿Cómo re-imaginamos la Iglesia en Baltimore plenamente viva y reconstruida hacia el futuro?
Invitaremos a los feligreses y a los líderes parroquiales a dar una mirada integral a la presencia católica utilizando la información reunida.
DISCERNIR
4-6 meses
Este es un tiempo de discernimiento.
Las recomendaciones preliminares se compartirán con todos. Todos serán invitados a considerar el impacto potencial de ellas en la misión evangelizadora de la Iglesia.
UN CAMINO
HACIA ADELANTE
Recomendaciones finales sobre cómo mejor dirigir nuestros recursos para mejor llevar adelante la labor del Evangelio como modelo para la evangelización en Baltimore.
Luego, comenzaremos juntos el desafiante trabajo de implementar las recomendaciones de este proceso.
Textos guía
Apocalipsis 21:3-5
Y oí una voz que clamaba desde el trono: «Esta es la morada de Dios con los hombres; él habitará en medio de ellos; ellos serán su pueblo y él será Dios-con-ellos; él enjugará las lágrimas de sus ojos. Ya no habrá muerte ni lamento, ni llanto ni pena, pues todo lo anterior ha pasado.» Y el que estaba sentado en el trono dijo: «Ahora todo lo hago nuevo». Luego me dijo: «Escribe, que estas palabras son ciertas y verdaderas.»
Evangelii Gaudium 27
Sueño con una opción misionera capaz de transformarlo todo, para que las costumbres, los estilos, los horarios, el lenguaje y toda estructura eclesial se convierta en un cauce adecuado para la evangelización del mundo actual más que para la autopreservación. La reforma de estructuras que exige la conversión pastoral sólo puede entenderse en este sentido: procurar que todas ellas se vuelvan más misioneras, que la pastoral ordinaria en todas sus instancias sea más expansiva y abierta, que coloque a los agentes pastorales en constante actitud de salida y favorezca así la respuesta positiva de todos aquellos a quienes Jesús convoca a su amistad. Como decía Juan Pablo II a los Obispos de Oceanía, «toda renovación en el seno de la Iglesia debe tender a la misión como objetivo para no caer presa de una especie de introversión eclesial»
Evangelii Nuntiandi 18
Evangelizar significa para la Iglesia llevar la Buena Nueva a todos los ambientes de la humanidad y, con su influjo, transformar desde dentro, renovar a la misma humanidad: “He aquí que hago nuevas todas las cosas”. Pero la verdad es que no hay humanidad nueva si no hay en primer lugar hombres nuevos con la novedad del bautismo y de la vida según el Evangelio. La finalidad de la evangelización es por consiguiente este cambio interior y, si hubiera que resumirlo en una palabra, lo mejor sería decir que la Iglesia evangeliza cuando, por la sola fuerza divina del Mensaje que proclama, trata de convertir al mismo tiempo la conciencia personal y colectiva de los hombres, la actividad en la que ellos están comprometidos, su vida y ambiente concretos.
Busquemos la ciudad venidera (HEB 13:14)
Un proceso de escucha
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