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Martes, 14 de agosto de 2018
“Nuestros pensamientos deben estar hoy con aquellos que continúan viviendo como sobrevivientes del abuso sexual del clero, especialmente aquellos que están sintiendo un renovado dolor y rabia por la publicación del informe del Gran Jurado de Pensilvania. En este momento difícil en la vida de la Iglesia, nosotros en la Arquidiócesis de Baltimore estamos especialmente entristecidos y preocupados por las noticias de las fallas del Cardenal William H. Keeler mientras se desempeñaba como obispo de Harrisburg, una de las seis diócesis citadas en el informe del Gran Jurado.
“La carta del Cardenal a los fieles de Baltimore en el año 2002 que acompañó su revelación de los sacerdotes acusados de manera creíble, incluyó palabras que son aún más reveladoras a la luz del informe de hoy: ‘La verdad simple y dolorosa es que la Iglesia no fue lo suficientemente lejos para proteger a los niños del abuso sexual, ” escribió el Cardenal. ‘Humildemente pido perdón por mis errores. Por favor, recen por mí para que pueda servir de mejor manera.”
“Como resultado de las dolorosas revelaciones de hoy sobre las fallas del Cardenal al proteger a los niños mientras se desempeñaba como Obispo de Harrisburg, la Arquidiócesis ha decidido ya no nombrar la nueva escuela católica propuesta en Baltimore en honor del Cardenal Keeler.
“Los hallazgos del Gran Jurado, que se añaden a las recientes revelaciones sobre supuestos comportamientos abusivos del Arzobispo Theodore McCarrick, son motivo de enojo, desilusión y dolor para muchos en nuestra Iglesia. Estos sentimientos hacia la Iglesia deben responderse con algo más que oraciones y promesas. También se deben responder con la acción de todos y cada uno de aquellos individuos que tienen la responsabilidad de garantizar la seguridad de los niños y otras personas bajo nuestro cuidado. Está claro que cualquier esfuerzo de este tipo debe incluir la participación de los laicos, ya que no podemos esperar que los fieles dejen este asunto solamente en manos de la jerarquía. Por más que lo hayamos intentado, las revelaciones recientes no sólo han demostrado que hay más trabajo por hace. También han resultado en la pérdida de la valiosa confianza de muchos de los que estamos llamados a servir.
“Desde mi llegada como Arzobispo de Baltimore hace seis años, he mantenido como prioridad la sanación de los sobrevivientes y el fortalecimiento de nuestras políticas de prevención del abuso infantil. La clave de nuestros esfuerzos es la fortaleza de nuestra Junta de Revisión Independiente y nuestro programa de mediación para sobrevivientes de abuso. Ambos dependen en gran medida del liderazgo independiente de laicos, que será esencial para la credibilidad de cualquier esfuerzo que se tome para impulsar las reformas en la Iglesia a fin de generar una mayor confianza, responsabilidad y transparencia. Todos estos elementos son fundamentales para nuestros esfuerzos diarios y constantes para proteger a quienes están a nuestro cuidado y para promover la recuperación de aquellos a quienes la Iglesia no protegió.
“En esta hora oscura en la vida de la Iglesia, aquellos de nosotros que hemos sido llamados a liderar, humildemente pedimos perdón y oraciones por aquellos que fallaron en sus deberes como ministros del Evangelio al colocar el bien institucional y clerical por encima del bienestar de aquellos a quienes fueron llamados a servir, aquellos a quienes estaban obligados a proteger. Mis oraciones están hoy con los sobrevivientes y sus familias, con los fieles de la Arquidiócesis de Baltimore y con los muchos sacerdotes buenos y santos, diáconos y religiosos que sirven desinteresadamente siguiendo el ejemplo de Jesucristo todos los días en esta Iglesia local. ”
Para ver un video en inglés de la reflexión del Arzobispo Lori sobre la crisis de abuso sexual, recursos acerca de la respuesta de la Arquidiócesis de Baltimore, declaraciones oficiales, noticias, entrevistas de radio y más, visite www.archbalt.org/accountability.