Nuestra Señora de Guadalupe es una imagen muy parecida a la descripción que nos da el Apocalipsis: “Una mujer vestida de sol, con la luna debajo de sus pies, y sobre la cabeza una corona de doce estrellas”. Es, además, una mujer embarazada cuyo fruto esta esperando el dragón para devorarlo. Pero Dios la salva y se la lleva antes de que el dragón le pueda hacer algún mal. En muchos sentidos, este es el mensaje y esperanza, especialmente en este año trágico, que nos trae Maria de Guadalupe a nosotros.
La Virgen del Adviento es Virgen de Esperanza. El acontecimiento de Guadalupe siempre ha sido para el pueblo este anuncio de vida nueva.
En su mensaje se acentúa:
Para los cristianos de América, este mensaje llama a comprometerse en un mundo nuevo y mejor; un mundo de paz, justicia, igualdad, y afirmación de nuestra identidad.
Según la leyenda, una jovencita tuvo un sueño con el que vio claramente la imagen de la Virgen de la Altagracia. La revelación también le dijo que Ella, la Virgen quería proteger a los habitantes de la villa de Higuey, en la Republica Dominicana. El padre de la joven, comerciante, hacia frecuentes viajes a la capital, Santo Domingo. En uno de ellos, la joven la pidió a su padre que buscara la imagen de la Altagracia. El padre lo prometió, pero no tuvo suerte en todas sus pesquisas. Ni comerciantes ni eclesiásticos podían darle razón de tal advocación. Desilusionado por no poder darle gusto a su hija, emprendió el viaje de regreso.
Al cabo de dos días de viaje, se quedo en casa de un amigo, y hablando allí del deseo de su hija, un anciano le escucho y le dijo que la niña tenia razón y que la advocación existía. El anciano le proporciono una imagen de la Altagracia, que al regreso del padre a casa se coloco en el oratorio de la familia. Pero pronto corrió la voz en la villa de la belleza y poder milagroso de la imagen, y acudió mucha gente a verla. En uno de los primeros días, la imagen desapareció y fue encontrada al lado de un naranjo. Esto ocurrió varias veces y la familia y el sacerdote del lugar entendieron que Nuestra Señora quería quedarse allí para proteger al pueblo desde ese lugar.
La Nina falleció al poco tiempo y fue enterrada junto al naranjo. Anos mas tarde, se erigió el templo en el mismo lugar, donde el pueblo dominicano la venera hoy día como patrona.
Los frailes dominicos se establecieron en Guatemala alrededor de 1529 y difundieron la devoción a Nuestra Señora del Rosario. La devoción al rezo del Rosario había sido, en realidad una costumbre de los laicos que querían de algún modo imitar la costumbre monástica de leer los 150 Salmos cada día, pero no tenían acceso a la Biblia o no sabían leer. Las 150 Avemarías de los 15 misterios del Rosario los aproximaban a los misterios de Cristo.
En 1550 los dominicos empezaron a establecer en Guatemala unas casas de recogimiento y oración llamadas Casas del Rosario, que mas tarde desaparecieron, permaneciendo solamente la de la capital que se llamo Beaterio de Indias. En 1559 se fundo en Antigua la primera Cofradía del Rosario de Centroamérica.
La devoción se propago desde la capital a toda la Republica. En 1770 existían 122 iglesias que tenían la Cofradía del Rosario. El 1 de abril de 1573 el Papa Gregorio XIII instituyo el primer domingo de Octubre para celebrar la fiesta del Rosario.
La virgen de Chiquinquirá esta representada en un lienzo milagroso que, después de haber estado abandonado durante mucho tiempo en una estancia que servia de establo, recobro casi por si solo su color y desvelo las figuras que no podían ya distinguir, ante la mirada de la devota Maria Ramos, que había orado a la Señora que le dejara ver su rostro. Hasta los agujeros y roturas del lienzo se fueron reparando por si solos. Es admirable que el lienzo se haya conservado durante todos estos años. Es de un algodón ordinario, pintado al temple con mezcla de tierra y zumos de flores y hierbas. La Sagrada Congregación de Ritos, en 1829 declaro que “en esta imagen hay encerrado algún don especial de Dios.”
En 1630 Antonio Farias de Saa estaba construyendo una capilla en su hacienda de Sumampa. Deseaba entronizar la imagen de la Virgen Maria y le escribio a un amigo que vivía en Brasil para que le envira una imagen de la Inmaculada Concepción. El amigo le mando dos: una de la Inmaculada y otra de la Madre de Dios. Partió desde buenos aires una caravana de carretas llevando entre su carga los dos cajones con las imágenes de Maria. Una mañana, al intentar reiniciar la marcha después de la noche, una de las carretas no se movía. Se le aligero la carga, los arrieros azuzaban a los bueyes, pero todo era en vano.
Cuando bajaron a tierra el cajón que contenía la imagen de la Inmaculada Concepción, los bueyes pudieron reiniciar la marcha. Los arrieros, testigos de aquel hecho portentoso vieron en el la mano de Dios, que había elegido aquel sitio para morada de Maria.
La imagen fue llevada en procesión hasta la casa de la familia Rosendo, donde se erigió un pequeño oratorio. El negro Manuel, esclavo que viajaba en la caravana, pidió quedarse como custodio de la Virgen Maria y se le concedió el honor de ser el primer guardián de la misma, misión que cumplió hasta el día de su muerte.
Años después, la estancia de Rosendo se despobló, y la señora Ana de Matos compro la imagen y la traslado a su estancia, que estaba ubicada en la actual ciudad de Lujan, donde hay esta la basílica de Nuestra Señora, que es visitada anualmente por miles de personas de todo el mundo.
La imagen tiene un rostro moreno, como símbolo de su identificación con el pueblo de América.
Como tantas advocaciones de la Virgen, Nuestra Señora de Lujan representa una defensa y afirmación de la dignidad de todos y de la igualdad en que la Virgen une a todos los hijos de dios, sus hijos.
La devoción a Nuestra Señora, en su titulo de Madre de la Divina providencia, tuvo su origen en Italia y se difundió por toda Europa. De España paso a Puerto Rico.
En el siglo XIII existía en Arezzo un convento de los Siervos de Maria. Siete ricos comerciantes de la ciudad, siguiendo el ejemplo de San Francisco de Asís, renunciaron a todos sus bienes materiales para abrazar la orden.
El quinto superior general de la orden, san Felipe Benicio, visito un día el convento y encontró alli un gran fervor, humildad y pobreza, hasta el punto de que un día no tenían nada que comer. Ellos solían hacer, con el voto de pobreza, otro especial de no pedir nada, para demostrar su absoluta confianza en la Divina Providencia. El santo, profundamente compadecido, le suplico a la Virgen que proveyera a sus necesitados hermanos y aparecieron la la puerta del convento dos cestas de pan y otras provisiones. Nadie vio de donde vino el socorro, pero todos quedaron convencidos de que en aquello había mediado la Santísima Virgen quien, por este hecho, fue llamada e invocada allí, desde entonces, madre de la Divina Providencia. Esta devoción se fue extendiendo a otras congregaciones religiosas italianas, y luego a España.
En Puerto Rico, un obispo catalán se encontró la catedral de San Juan casi en ruinas. Empezado 3 siglos antes, el edificio había sufrido los embates de ciclones, terremotos e incendios. La economía diocesana estaba en idéntica situación que la catedral y todo esto se convirtió en acicate para el obispo que era muy devoto de la Virgen de la Providencia, y encomendándose a ella, dio inicio a la tarea de reconstruir la catedral, cosa que se hizo en 4 anos. Este es el inicio de la devoción puertorriqueña a la Santísima Madre de la Divina Providencia.
Dos leyendas son la base de la devoción chilena a Nuestra Señora del Carmen. La primera habla de Huillac, una princesa inca que se enamoro de un soldado cristiano portugués, se convirtió al cristianismo y murió bajo las flechas de su pronto pueblo. Anos después de su muerte, un fraile decidió levantar un templo en honor a la Virgen del Carmen en el lugar de su muerte. Desde entonces, la iglesia se convirtio en lugar de peregrinación para los nativos y la devocion se extendio por todo Chile, iniciandose comunidades carmelitanas por todas partes.
A finales del siglo XIX, tuvo lugar un nuevo prodigio. En el ano 1876 el centro de Santiago de Chile estababa lleno de iglesias y la poblacion crecia tanto que los de menos recursos se vieron obligados a instalarse fuera de la ciudad, al norte del rio Mapocho, creandose un sector obrero sin atencion religiosa.
En el centro de la capital, habia un gran mercado. Un comprador se intereso por una imagen de la Virgen del Carmen, pero jamas llego a tomarla, ya que la estampa se elevo y volo hacia el norte, cruzo el rio y aterrizo cerca del poblado obrero. Se coloco alli una cruz y pronto se hizo un proyecto para construir un templo, que hoy dia esta en la avenida de la Independencia, en la capital. En 1923 se declaro a Nuestra Señora del Carmen patrona de Chile. Su imagen se venera en el Santuario de Maipu.
En costa Rica, en la época colonia, era costumbre segregar a blancos, indios y mestizos. Todos los que no eran de origen europeo vivían en una zona retirada, llamada “La Puebla de los Pardos” y una cruz les indicaba hasta donde podían llegar, pues tenían prohibido entrar en la ciudad.
A poca distancia de esa cruz se encontraba un bosque donde la gente iba a buscar leña. allí vivía una humilde mestiza llamada Juana Pereira. Un 2 de agosto, probablemente del ano 1635, la mujer salió a recoger leña según su costumbre, y por el camino, sobre una piedra, se encontró una imagen de la Santísima Virgen Maria, con el niño en brazos. La recogió y la llevo a su casa, donde la guardo en un cofre. Al día siguiente, volvió a encontrar la imagen en le mismo lugar. Pensando que tenia dos, la llevo a su casa, y recibió una gran sorpresa cuando se dio cuenta de que la que ella pensaba la primera, no estaba en el cofre. El caso se volvió a dar al día siguiente por tercera vez. Asustada, fue a contarle al párroco lo que había ocurrido. El sacerdote no se preocupo demasiado, y guardo la imagen en una caja, para examinarla cuando tuviera tiempo. al cuarto día, Juana volvió a encontrar la imagen y, cuando fue corriendo al sacerdote, se dieron cuenta de que la que el había guardado ya no estaba en la caja. El sacerdote fue hasta el bosque con algunas otras personas y se encontró allí la imagen de nuevo. La llevaron en procesión hasta la iglesia, donde la deposito dentro del Sagrario Al día siguiente no estaba allí tampoco. La encontraron por quinta vez en el bosque, y todos comprendieron que era expreso deseo de la Señora quedarse en el bosque con todos los costarricenses, de cualquier raza y condición social.
Nuestra Señora de los Angeles es también patrona de la ciudad de Los Angeles, California, llamada originalmente Puebla de Nuestra Señora, la Reina de los Angeles.
En el Siglo XVII, tres campesinos –un Negro esclavo y dos indios—habían ido a la bahía de Nipe, en Cuba, en busca de sal. Allí se desato una gran tormenta y, después de dos días de zozobra, los tres trabajadores encontraron una imagen sobre las aguas. Apareció vestida de blanco como la misa sal. Llevaba al Niño en los brazos e iba sobre una tablilla pequeña que tenía la inscripción: Yo soy la Virgen de la Caridad